Curiosamente no comencé a practicar Yoga desde las asanas. Sino a sido un viaje en mi vida desde que nací, en Guayaquil, Ecuador. Recuerdo como mis padres siempre nos corregían con tanto amor. Enseñándonos la importancia que tienen todos los seres vivos en nuestra vida y las consecuencias que teníamos producto de nuestros actos. Para mí, no fue fácil crecer, mi carácter libre, soñador, inquieto y curioso me hizo crecer a través de puras pruebas de ensayo y error. Hasta entender que la vida es producto de muchas decisiones que vamos tomando, y que vivir en consciencia hace que esta experiencia sea más fácil, más interesante más creativa y por cierto, más asertiva.
El trabajo personal de los Yamas y Niyamas fue desde pequeña un conducto de guía, que de manera inconsciente a veces padres traspasan a sus hijos regulando su conducta moral, y trabajando el carácter personal para la formación de una persona.
Mi padre comenzó su práctica formal en yoga hace casi treinta años, de el pude heredar el gusto por la vida al aire libre, la importancia de nutrir y amar nuestro cuerpo, el respeto por todos los seres que habitan este espacio y un sin fin de otras cosas. Pero creo que de mi madre, la cual “nunca practico yoga”, aprendí el poder de la oración, el conectarse con la esencia divina, el vivir con compasión y entrega por los demás, el confiar que la vida siempre te va a ayudar, como dicen los cristianos a tener FE. Casualmente mi madre a través de su enseñanza de oración, me fue entregando los fundamentos de DHYANA que hoy practico.
El yoga no se reduce a las asanas, también es un camino. El yoga nace de la necesidad de explorar nuestra esencia más sutil, para vivir en armonía con nosotros mismos y con el mundo. Si solo te enfocas en practicar en una esterilla no conocerás la verdadera filosofía de esta práctica.
Llevo algunos años practicando esta filosofía de manera más formal y regular, en consciencia, y he tenido la alegría de tener excelentes maestros que han llegado a mi vida. Pero pasa que mientras más aprendo, sé que más debo aprender. El camino al auto- conocimiento termina siendo un camino sin metas, donde tratar de callar nuestro ego, nuestras sobre reacciones, promover nuestra mente de principiante todo el tiempo, se hace un camino difícil y a veces solitario.
< UNA VERDAD, MUCHOS CAMINOS>
“El yoga te da una guía para descubrir la luz que existe y ha existido siempre en tu interior. Te incita a revelar tu brillo al mundo y a reconocer la luz que también brilla en los demás.” Showkeir.
Para invitarte a sumergirte en esta maravillosa filosofía, te invito a conocer los 8 miembros del yoga:
8. SAMADHI: Nivel superior. Unión absorción.
7. DHYANA: Meditación
6. DHARANA: Concentración
5. PRATYAHARA: Retirada de los sentidos
4. PRANAYAMA: Control de la respiración
3. ASANAS: Control de las posturas
2. NIYAMAS: Conducta personal (pureza, contentamiento, disciplina, estudio de sí mismo, entrega)
1.YAMAS : Código moral ( no-violencia, no-mentir, no-robar, no-malgastar las energías vitales, no-codiciar)
En estos tiempos acelerados, donde es fácil perder el camino y dejar que el estrés y la ansiedad nos invada. Donde en algunos casos, vemos la vida como un conjunto de bienes materiales. Donde la felicidad es sinónimo de éxitos y envidias. Donde el “fracaso” se ridiculiza, se viraliza y se publica abiertamente como un trofeo en exhibición para la sociedad. La filosofía yóguica viene a mostrarnos como vivir una vida en consciencia. ¡Ha hacerte cargo! a responsabilizarte de ti mismo, de tus emociones, de tu cuerpo, de tu respiración, de tu vida. A vivir una vida en compasión, gratitud y amor.
Sole García-Huidobro
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